martes, 11 de noviembre de 2008

Moscardón

Por Nicolás Montenegro

Ayer desarrolle un nuevo talento y le he puesto por nombre cinismo. No muy original, pero la copia ya es un axioma. Es simple y útil. En otras palabras, es como hacerse el hueón.

No sé si soy yo el que sacó el doctorado en cinismo o los que me rodean. Es más fácil no meterse, ¿Cierto? Pero la carroña es lo que alimenta al espíritu luciferino que llevamos dentro. Ese que no te deja lanzar la primera piedra, siendo que es lo que más quieres hacer.

Todos saben que siento cosas por ti, que me calientas y que se me vienen a la mente mil y un recuerdos cuando te veo con el maricon-gay de tu novio. El último juramento fue ese, de que nunca tendrías algo con alguien como él, pero nunca te creí. Creo que eso hace un poco menos doloroso todo.

Tengo ganas de decirle lo que pasó el último día de Pascua, ese que te arrancaste de la iglesia mormona y me viniste a ver. Ese mismo día cuando nos acordamos de las veces que ibamos a estudiar y terminábamos en pelota, tirados al medio del living. Yo tomando una cerveza y tu con el bendito cigarro. Ese mismo día que el recuerdo se hizo práctica. Me doy pena. El caer bajo es otro talento que supe desarrollar a corto plazo. 

Espero que te guste el regalo de bodas, y también espero que tu futuro marido sea lo bastante tarado para que no se de cuenta que el test salió positivo.