jueves, 2 de abril de 2009

Flashback


Por Nicolás Montenegro 




Así como quien corta el ombligo umbilical o una uña sucia, tuve que acostumbrarme a ver mi reflejo en tu espalda. El hábito se me hace ya un rito, pero creo que las pequeñas dosis de progesterona que me proporciona el oficio afectan directamente el devenir de una vida normal.

Y es así como otra más pasa. Prefiero sentir que toda la culpa la tuve yo y así no perder la fe en la humanidad. Y sí, siempre supe que la soltería y la paja serian la solución. Me ahorro gastos, el sentir, el no sentir y la nunca bien ponderada desilusión. Nunca me gustó eso de “nunca terminas de conocer a la gente”. ¿Por qué? Si somos simples trozos de grasa finita, también ha de serlo el sentir.

Perdí la capacidad de no tener límites, puse barreras a todo lo que puede existir. Mi cama, la pieza, las compras, mis libros y mi familia.

Pero siempre dejo la puerta entre abierta antes que te vayas, a ver si en tu desesperación, vuelves a caer bajo una vez más.

jueves, 11 de diciembre de 2008

7 PM

Por Nicolás Montenegro 

Acabo de colgar el teléfono a la que pudo haber sido la madre de mis hijos. Ahora en adelante sólo me tendré que conformar con la perra de turno y seguir transgrediendo valores que alguna vez tuve. Vías de escape: televisión, trabajo y alcohol. El opio de un pueblo desilusionado por el manoseado y comercializado eslogan de la felicidad plena. Autogestionarse una depresión, automedicarse con Prozac y auto-automatizarse. 
Soy negativo y es que me da por etapas, cuando creo que ya no queda nada más. Me tocó la dosis del mes y los efectos secundarios son muchos. Vómitos compulsivos, llanto desahuciado, gritos insonoros y por sobre todo introversión y distanciamiento. Música a la vena para calmar un poco las ansias de nada. Lo único bueno que saco de esto es que me di cuenta que pase a ser el 17.517.001-4 y que los últimos mensajes de cariño los he recibido de las tapas de yogurt, esas en la que te sale un mensaje interesadamente amoroso cada día.
Ya son las 7:15 PM y perdí 15 minutos pensando todo esto. Me quedan 11 horas y 45 minutos para volver a la pega. Siempre le dije a todo el mundo que el descansar hacia olvidar todo, pero creo que conmigo no va. 
El resto de las 7 PM de mi vida los gastare pensando en lo que pudo haber sido.

martes, 11 de noviembre de 2008

Moscardón

Por Nicolás Montenegro

Ayer desarrolle un nuevo talento y le he puesto por nombre cinismo. No muy original, pero la copia ya es un axioma. Es simple y útil. En otras palabras, es como hacerse el hueón.

No sé si soy yo el que sacó el doctorado en cinismo o los que me rodean. Es más fácil no meterse, ¿Cierto? Pero la carroña es lo que alimenta al espíritu luciferino que llevamos dentro. Ese que no te deja lanzar la primera piedra, siendo que es lo que más quieres hacer.

Todos saben que siento cosas por ti, que me calientas y que se me vienen a la mente mil y un recuerdos cuando te veo con el maricon-gay de tu novio. El último juramento fue ese, de que nunca tendrías algo con alguien como él, pero nunca te creí. Creo que eso hace un poco menos doloroso todo.

Tengo ganas de decirle lo que pasó el último día de Pascua, ese que te arrancaste de la iglesia mormona y me viniste a ver. Ese mismo día cuando nos acordamos de las veces que ibamos a estudiar y terminábamos en pelota, tirados al medio del living. Yo tomando una cerveza y tu con el bendito cigarro. Ese mismo día que el recuerdo se hizo práctica. Me doy pena. El caer bajo es otro talento que supe desarrollar a corto plazo. 

Espero que te guste el regalo de bodas, y también espero que tu futuro marido sea lo bastante tarado para que no se de cuenta que el test salió positivo.  


lunes, 22 de septiembre de 2008

Pergenio

Por Nicolás Montenegro



Entre basura, cartones y mojones vivía Carlitos. Sus papas lo dejaron solo cuando se dieron cuenta que ya no tenian que darle de comer.
Ahi, solo, tirado, hacía todos los días lo mismo. Estar acostado encima de una bolsa de aserrín, ver como se le paraban las moscas en los ojos y jugar con los ratones. Pero pareciera que ellos jugaban más con Carlitos, incluso el dejaba que le sacaran un pedazo de vez en cuando.
Siempre a finales de mes llegaba el Lucho a hacerle un poco de compañia. Se chupaba el sueldo entero en pisco. Bien curado debió haber estado para nunca haberlo saludado. Para que hablar de si entablaron una conversación, si su grado de conocimiento fue profundo, si querian salvar el mundo juntos .
Nunca se bañaba, llevaba semanas sin tocar el agua. Cuando el hedor ya no podía ser más, el viejo del lado llamó a los pacos.
Por fin alguien lo iba a saludar, por fin alguien lo iba a sacar de ahí, por fin alguien lo iba a velar.
  • [Como diría Renton: "Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones".]

jueves, 24 de abril de 2008

Entrenados


Por Catalina Padilla.-


Va a ser una noche larga.
De esas que me frecuentaban hace tiempo,
Donde solía ver
Aparecer y desaparecer
En mi techo,
Siluetas de gente
Carente de vida,
Cansadas de sentir
Y dispuestas
A abandonarse en el cemento.
Otras,
Regresando a su habitación
Donde seguramente
Algún alma voluptuosa
Los espera.
Yo intento dormir
Y dejar de pensar,
Mientras escucho cojer a los vecinos.
Pienso en la gente que pasó por mi vida
Y por alguna extraña
Y a veces olvidada razón
Omití.
Vi lo mejor de ellos,
Los vi bellos.
Pero también miserables,
Así somos los humanos.
Unos más afortunados que otros.
Unos más torpes que otros.
Unos más mediocres que otros.
Gente que
Hiere y sufre
Apuesta y pierde
Salva y destruye
Y más destruye que salva…

Será una de esas.